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El Viaje

Viajar siempre implica un cambio de hábitos. Modificamos nuestras rutinas para irnos de vacaciones o por temas de trabajo. Y en nuestros hábitos están integradas nuestras mascotas que se ven afectadas por nuestros ritmos. Por ello, en este capítulo abordaremos especialmente ese reto al que nos enfrentamos junto con nuestras mascotas para apoyarlas a “desaprender” unos hábitos saludables y “aprender” otros de forma temporal, hasta que nuestro viaje acabe y volvamos a nuestro hogar.

Nuestras mascotas siempre tendrán que vivirlo de esa forma: desaprendiendo hábitos para aprender otros temporalmente; y volver al mismo proceso cuando se retorna al hogar. Por ello, será interesante valorar en qué casos realmente merece la pena hacer pasar a nuestro compañero por este proceso, ya que quizá sólo le suponga atravesar un estrés innecesario. Abordamos este capítulo desde cómo afrontar estos aprendizajes y desaprendizajes para el bienestar de nuestra mascota en cada uno de los ámbitos de su salud:

Fuera de su entorno y en espacios en los que previsiblemente pase por situaciones de estrés, tu presencia será aún más relevante de lo habitual y el vínculo emocional que mantengáis será más decisivo que nunca. Ofrece seguridad a tu mascota durante el tiempo que esté fuera de su refugio a través de constantes atenciones y con una actitud empática.

Las nuevas rutinas deben seguir manteniendo a nuestra mascota en un nivel de ejercicio óptimo y adecuado para su bienestar. Por ello, debemos seguir manteniendo al menos el mismo tiempo de ejercicio para que su salud física y bienestar general no se vea alterado, ayudando a tu mascota a mantener un peso saludable.

En los trayectos de viaje, los estímulos visuales, olfativos o auditivos varían constantemente. Dependiendo de cómo le apoyemos a abordar estas situaciones, éstas le generarán estrés o el hábito que buscamos: ayudar a tu mascota a que mentalmente permanezca más estimulada.

Los estímulos que le aporta un trayecto de viaje, sobre todo si es largo, pueden desencadenar en un estrés nuevo para nuestras mascotas. Y cuanto más hayas trabajado con ellas la obediencia, más útil será para ambos en estas situaciones. El objetivo es evitar que estos periodos excepcionales alteren el resto de los hábitos saludables ya adquiridos en otros aspectos de su rutina.

Salir de casa implica siempre va a suponer el reto de ejercitar el desarrollo social de nuestras mascotas. Desde luego con otros de su especie pero, sobre todo, con las personas, ya que en vacaciones disponemos de más tiempo, por lo que estamos más con ellas, lo que es un cambio fundamental en sus rutinas. Las visitas de extraños o prolongar el tiempo con niños u otros familiares también suelen ser rutinas crecientes en periodos vacacionales y que afectan mucho el entorno social de nuestra mascota

¿Cómo preparar adecuadamente el viaje para mi...

La preparación adecuada del perro

Acostumbrar poco a poco a nuestro perro a los nuevos medios de transporte y accesorios de viaje es la clave para que cada vez que tenemos que pasar unos días fuera de casa nos podamos ir tranquilos. El tiempo invertido en acostumbrar lentamente al animal a las nuevas situaciones da sus frutos con un viaje relajado tanto para las personas como para las mascotas.

Tanto si se trata de un transportín como de un bolso o mochila de transporte, los nuevos objetos deben asociarse siempre a una experiencia positiva. Para que el perro se acostumbre, se recomienda colocarlos en un lugar conocido y familiarizar a la mascota con el nuevo elemento. Durante el proceso de educación deben premiarse acciones como entrar y salir del elemento de transporte, pasar por una rampa o llevar un bozal.

Cuando el perro viaja con nosotros.

De escapada a la playa, de viajes de fin de semana o por vacaciones más largas, quien viaja con su perro deberá considerar desde la seguridad y el alimento hasta las normas oficiales en el transporte público o en el extranjero. Los preparativos del viaje deben realizarse tan cuidadosamente como los de las personas.

Resulta especialmente importante si realizas un viaje internacional, ya que deberías revisar aspectos menos cotidianos del día a día como cualquier tipo de identificación del perro, quizá la prueba de que lleva determinadas vacunas o las normas de convivencia en el lugar de destino.

Preparación: hacer su maleta.
Algunos elementos son indispensables tanto si decidimos que se viene con nosotros como si optamos por que otras personas lo cuiden en nuestras vacaciones. La documentación de nuestro amigo es el primer y último elemento que debemos revisar que llevamos con nosotros. Nunca sabemos los imprevistos que puedan surgir o las necesidades no esperadas que nos puedan solicitar (el uso de bozal, por ejemplo), por lo que llevar la cartilla de vacunación en regla siempre será necesario. En las mismas necesidades de salud, el botiquín de primeros auxilios será un elemento muy útil ante pequeñas situaciones inesperadas.

En el destino de vacaciones los elementos que conserven el olor de los perros en el hogar resultarán realmente útiles, tal y como veremos más adelante. Por eso, se alegrarán por su manta o juguetes de peluche favoritos, así como su propio lugar de descanso. Al mantener su olor, será familiar y fácil de reconocer en los nuevos entornos. Pasará lo mismo y de forma aún más decisiva en su comedero y bebedero habituales, ya que serán días donde las rutinas alimentarias serán aún más importantes de lo habitual.

Siempre es muy importante poner un elemento identificador a los animales, pero especialmente cuando no se encuentran en su entorno habitual. El identificador más seguro y único es un microchip. Aun así, será más eficaz y rápido encontrar al perro si tiene colocado en su collar tu número de teléfono en una plaquita identificativa. Más del 80% de los perros se recuperan en menos de 24 horas si les identificamos con ella.

En Coche

Como venimos defendiendo en esta guía, antes de decidir cualquier nuevo hábito, debemos conocer bien las características de nuestro animal. Para el viaje en coche es fundamental a la hora de decidir los dos aspectos principales: qué elementos de sujeción y seguridad le aportamos y en qué sitio del vehículo le colocamos. 

Esto generalmente se hace usando un arnés para coches que se sujeta al cinturón de seguridad o en un transportín o una jaula. Especialmente en viajes más largos, es importante acostumbrar de antemano al animal a la nueva situación. 

El primer paso es que tu perro se acostumbre al transportín. Se debe montar el transportín con la puerta abierta para que el perro decida por sí mismo si quiere entrar y por cuánto tiempo querrá estar allí.  Dale a tu mascota su premio o incluso su ración de comida diaria en el transportín para que vincule positivamente el espacio. Cuando el perro entre al transportín voluntariamente sin problemas, puedes cerrar la puerta por un corto tiempo y después en intervalos cada vez más prolongados.

Elige el transportín adecuado para cada uso. Los transportines con estructura de aluminio de alta calidad son seguros y silenciosos. Sus anchas rejillas fi ltrantes permiten una buena circulación de aire. Otros transportines cuentan con variedades desmontables y con materiales específi cos. Un transportín de polyester duradero con estructuras metálicas muy estables. Fácil de montar y desmontar y es ideal para exhibiciones, por ejemplo.
Un transportín no es un elemento para dejar al perro dentro durante varias horas al día. No podemos pasar nuestras vacaciones con nuestro perro en un transportín de la habitación del hotel. Siempre asegúrese de que su perro tenga sufi ciente agua disponible cuando lo use.

A la hora de abordar los trayectos en cualquier tipo de transporte de terceros, el primer paso siempre debe ser asegurarnos de las normas que tienen las compañías con las que vamos a viajar. A continuación, nos centraremos en unas recomendaciones básicas centradas en el hábito saludable de nuestro perro cuando viaja en tren o avión, ya que las rutinas son bastante similares. Pero ese primer paso de revisar la normativa también debe hacerse para transportes en autobús, en cualquier tipo de embarcación marítima o similares. 

Generalmente, los trayectos en tren o avión tendrán una duración mucho mayor a la que nuestro perro está acostumbrado. Este es el principal aspecto que nos lo hace diferente de los hábitos ya adquiridos por nuestra mascota. Por tanto, las decisiones previas al viaje serán cruciales para que este trayecto sea agradable para persona y perro. 

La elección del transportín o bolso de transporte es la decisión más importante y que marcará todo el trayecto. Es muy probable que el transportín que usemos para desplazamientos cortos, como las visitas al veterinario, no sea adecuado para este tipo de viajes. Los bolsos de viaje serán la elección que más ayude a tener un trayecto agradable, en aquellos casos donde las características de nuestro perro encajen con la normativa de la aerolínea o compañía de trenes para que nuestro perro viaje en cabina. Nuestro propósito con el bolso será apoyar a nuestra mascota a través de estímulos positivos durante el trayecto que le ayuden a estar en calma. Para ello, es conveniente que el bolso tenga ranuras de fácil acceso o malla de rejilla por donde nuestro perro nos pueda ver u oler, e incluso capacidad de ampliar el espacio interior para que viaje más cómodo. 

En los casos en los que los perros tengan unas características de mayor tamaño por las que sea obligatorio que viajen separados de nosotros (en bodega del avión, por ejemplo), la seguridad y robustez del transportín son cualidades tan relevantes o más que su tamaño. Pese a que siempre hay que consultar la normativa de las compañías aéreas, la IATA establece unas características estandarizadas a nivel internacional para los transportines que viajan en bodega y que, desde luego, serían las mínimas exigibles a las marcas del transportín que adquiramos para nuestro perro.

No obstante, sea cual sea el caso, será necesario un transportín con buena ventilación y suelo impermeable. El transportín debe adquirirse con suficiente tiempo de anticipación para que el perro tenga el tiempo suficiente para acostumbrarse a él. Resumimos a continuación las principales normas IATA para transportines:
  • La mascota debe poder mantenerse erguido en su posición natural, darse la vuelta y tumbarse.
  • Debe ser a prueba de escapes (por ejemplo, con almohadillas higiénicas) o impermeable.
  • El interior no debe contener esquinas afiladas, bordes o clavos.
  • Debe ser a prueba de fugas (partes superior e inferior atornilladas; puerta bloqueada para evitar la fuga).
  • No debe tener ruedas; éstas deben retirarse si es necesario.
  • Los comederos y bebederos deben estar integrados.
  • Debe haber orificios de ventilación en tres lados.
  • Debe llevar una pegatina de “Animales vivos”.
Por lo general, no debemos dar de comer ni de beber a nuestro perro durante el trayecto. Así que, sus hábitos de alimentación deben mantenerse lo más parecidos posible a su día a día habitual. Sin embargo, esta recomendación puede cambiar para trayectos especiales con muchas horas de duración como los transoceánicos. En estos casos, las situaciones son tan amplias, que lo más adecuado, sería consultar con nuestro especialista nutricional de confianza para que nos aconseje en función de las características y rutinas ya adquiridas por el perro previamente. 
Al igual que para las personas la llegada a un nuevo espacio nos altera, debemos recordar que a nuestro perro le pasa lo mismo. Piensa en cuando llegas a un nuevo hotel. Te interesas por ver el baño, probar el colchón, revisar la almohada, o comprobar si podrás poner tu ropa en el armario. Pues un proceso similar debes llevar a cabo con tu perro, ya que también va a ser su hogar en los próximos días. Por ello, cada detalle que le ayudes a identificar será valioso para él: la ubicación del comedero, el espacio para dormir la zona de juegos serán sus nuevas áreas de seguridad y bienestar. Donde establecerá unos hábitos saludables en su rutina vacacional. Para lograr con éxito esta adecuación al entorno es importante que, como hemos visto previamente, lleves contigo algunos juguetes de peluche en los que haya impregnado su olor para que a través del olfato reconozca espacios seguros. 
 De igual manera, usa su comedero y bebedero habitual para que no tenga que hacer un sobre esfuerzo más habituándose a uno nuevo. Y, desde luego, cuando estamos de vacaciones, es el momento más inoportuno para cambiar los hábitos alimenticios de nuestra mascota, por lo que debes continuar dándole la misma comida deshidratada y húmeda. 
En el día a día de las vacaciones, es importante considerar que vas a estar muchas más horas con tu perro de lo habitual. Este hecho es un cambio de hábito importantísimo en el día a día de tu perro, y aunque creas que es un cambio en positivo, si no lo tienes en cuenta, se puede volver en vuestra contra. Por ello, a pesar de que estás de vacaciones, trata de mantener en la medida de lo posible las rutinas de tu mascota. Por ejemplo, puede ser buena idea que se quede en el hotel y lo saques a pasear las mismas veces al día que hacer en tu día a día. 

El movimiento que supone viajar con tu mascota, supone para ella unos cambios en su cuerpo y en su comportamiento que hay que tener en cuenta a la hora de darle de comer y de beber. Por ejemplo, en las importantes paradas de los trayectos en coche, a tu perro no puede faltarle agua. Sin embargo, podría ser perjudicial alimentarle con las raciones y a las horas habituales ya que los movimientos del coche podrían marearle y afectarle en sus procesos de digestión.

Por otro lado, hay que considerar la posible ingesta extra de snacks de premio que le hayamos podido aportar con objetivos de obediencia para lograr su atención durante el trayecto. Además de darle snacks bajos en azúcar y de primeras calidades, debemos considerar si estos premios extra alteran la dieta durante los días de trayecto.
 
El agua es especialmente importante para el perro y debe estar al alcance en todo momento. Para evitar que el animal se estrese por el cambio en la nutrición, es conveniente llevar la comida habitual, por ej., en un set de viaje o bolsa de alimentos. Además, hay una variedad de comederos para viaje.
 
En el día a día de las vacaciones, es importante considerar que vas a estar muchas más horas con tu perro de lo habitual. Este hecho es un cambio de hábito importantísimo en el día a día de tu perro, y aunque creas que es un cambio en positivo, si no lo tienes en cuenta, se puede volver en vuestra contra. Por ello, a pesar de que estás de vacaciones, trata de mantener en la medida de lo posible las rutinas de tu mascota. Por ejemplo, puede ser buena idea que se quede en el hotel y lo saques a pasear las mismas veces al día que hacer en tu día a día.

Cuando el perro se queda en otro hogar.

Antes de arrancar nuestras vacaciones, recordamos que el perro está bien. Nuestra mascota se encuentra en unos hábitos saludables y equilibrados para su bienestar diario. Por tanto, nuestro viaje le alterará irremediablemente unas rutinas que al perro le encantan. Esto debemos asumirlo de forma integradora a la hora de tomar la decisión para que el perro pase estos días de viaje.

Para romper esas rutinas que le encantan, el perro vivirá un proceso de “desaprendizaje” de unos hábitos para aprender otros. Esto pasará siempre, venga con nosotros o no, ya que cualquier aspecto del entorno cambiará y afectará a su hábito (por ejemplo, si nos vamos de vacaciones a un lugar de playa, el clima será distinto, los animales que se encuentre en su paseo…). En caso de que decidamos que debe ser con otras personas que no somos nosotros, se le complicará un poco más. Por ello, el proceso de acompañamiento debería hacerse con más tiempo cuando viajamos sin nuestro perro y le dejamos a cargo de otros cuidadores.

Además, dependiendo la duración de nuestro viaje o periodo vacacional, el perro puede que llegue a habituarse a sus nuevas rutinas de su residencia canina o casa de familiares. Por lo que tendrá que volver a “desaprender” los hábitos vacacionales y “re-aprender” los que tenía inicialmente en su hogar.
Por tanto, como tutores de nuestro perro, lo deseable para la salud y bienestar de nuestra mascota es que alteremos lo menos posible todos estos procesos. Tanto en lo que se refi ere como a espacios a los que se tenga que habituar como a personas que le guíen.

Si la opción es dejarle con alguien, las opciones principales son:

  • Residencia canina: atentos a su dieta y comportamiento
  • Con nuestros conocidos

Seguramente el gato sea la mascota que más adora la rutina y que sus hábitos se mantengan siempre igual. Como bien venimos analizando a lo largo de la Guía, para la estabilidad del gato es imprescindible el control del territorio y la estabilidad en la colonia. Por eso, entramos a revisar una situación tan común entre todos los amantes de los gatos como potencialmente incómoda para ellos: la llegada de un nuevo gato a casa.
El proceso tiene que ser muy lento precisamente por lo territoriales que son y por esa sensibilidad a los cambios que ya hemos apuntado. Asegúrate de que cada gato tenga su propio espacio, separado del resto, con una cama, comederos, bebedores y una bandeja higiénica. Esto ayuda a reducir la competencia y el estrés.
Cuando esté adaptado a ese espacio, se debe apartar a los otros gatos a su habitación propia y abrir todo el espacio al nuevo para que vaya descubriendo las zonas de la casa, oliendo todo y dejando su olor.
De este modo, los otros gatos, sin verle, se irán acostumbrando a escucharlo y olerlo.


Más tarde, lo adecuado es que se vean a través de un cristal sin contacto directo. Conforme se vayan viendo, sin forzarlos al contacto, se debe intentar hacer refuerzos positivos, siendo los snacks de premio especialmente útiles en este momento. En estos casos, también ayuda el uso de sintéticos de la feromona facial felina porque reduce el estrés en estas circunstancias.
Conforme se visualice un comportamiento sin estrés, se pueden eliminar las barreras, siempre dejando que cualquier gato tenga acceso a su zona de seguridad cuando deseen hacerlo. Dedica tiempo individual y de calidad a cada gato para fortalecer tu vínculo con ellos y asegurarte de que ninguno se sienta descuidado.
Si son varios gatos, es recomendable empezar la introducción con el que tenga mejor carácter y tolere mejor los cambios. Debes evitar reñirlos y tocarlos, a no ser que sea estrictamente necesario.
Y pese a que todo lo anterior seguro que os ayudará en el proceso, lo más importante de todo es la paciencia. Empatiza con ellos porque los cambios no les gusta nada.

Cepillo suave  

  • cerdas metálicas blandas
  • asa de plástico, agarre antideslizante
    de goma/metal

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